Hoy os dejamos con el artículo sobre nuestro restaurante publicado en el blog Absolut Madrid, dedicado al ocio en nuestra capital. Esperamos que os guste y de paso os recomendamos una visita a su web para estar enterados de todas las novedades culturales de nuestra ciudad.
Alcanzar un estatus y convertirse en una referencia no es una cuestión efímera ni es fruto de la casualidad. Cuando es el resultado de varias generaciones unidas por el trabajo a favor de la calidad y el buen servicio , queda impreso en la memoria colectiva. Los Galayos abrió sus puertas en 1894 como Casa Rojo y tras el esfuerzo de Miguel Grande por continuar el cambio generacional de sus fundadores y atendiendo las demandas de su clientela, se labró un nombre y cedió el relevo a sus hijos, que han conjugado el recetario tracidional con notas más modernas y que participan activamente en la vida hostelera de la capital. Este magnífico restaurante ha sido reconocido con el sellos de calidad Madrid Excelente y está situado en un escenario urbano de tanta belleza y relevancia urbanística y cultural como la Plaza Mayor. Cabe destacar que ha sido y es lugar de tertulias y que acogió la última reunión que los integrantes de la Generación del 27 mantuvieron antes de la guerra civil. Esta cita paso a los anales de la historia como homenaje a la publicación de la obra de Luis Cernuda “La realidad y el deseo”. Quizás es que las musas frecuentan este especio y son responsables de su atmósfera artística y bohemia que, según confesó Arturo Pérez Reverte, inspiró su obra “Las aventuras del Capitán Alatriste”. En Los Galayos se pueden degustar platos cuidadosamente elaborados a partir del mejor producto y salpimentados con guiños mediterráneos. Se han convertido en clásicos, su premiado, Cochinillo con patatas revolconas y el Cocido Madrileño en puchero de barro (solo almuerzos). Destacan, además, los Lomos de merluza rellenos de chipirones y setas en su tinta, y sus postres, como las Milhojas de nata y crema con salsa de frambuesa o la Tarta de queso con frutos rojos del bosque. Otra opción, igualmente sabrosa y de calidad, es tapear. Una invitación perfecta para quienes busquen la autenticidad de una taberna, reuniéndose en una de las dos barras con las que cuenta o en el exterior, o en las dos terrazas, una en la calle Botoneras y la otra en la Plaza Mayor. La oferta paso por pinchos y tapas, tanto clásicos como sofisticados, acompañados de cerveza bien tirada y vinos por copas. Son delicias las Puntillitas con huevos de corral y juliana de pimientos fritos, la Brandada de bacalao gratinada, los Espárragos trigueros ligeramente empapados en alioli o los Torreznillos crujientes de cerdo ibérico.
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