La olla podrida es conocida desde tiempos medievales y, como ocurre con la mayoría de los cocidos, se consume preferentemente durante los meses de invierno. Se trata del plato más típico de la gastronomía de Burgos capital y de los pueblos de su alrededor.
En cuanto a su curioso nombre, hay varias teorías. Suele admitirse que procede de olla poderida: poderida en el sentido de olla de los poderosos, o bien refiriéndose a los ingredientes poderosos que lleva o porque sólo los pudientes podían acercarse a este plato, cuando el pueblo debía conformarse con hierbas del campo y verduras. Sin embargo, también es posible que la palabra "podrida" se haya usado siempre en su sentido habitual de pudrir, con intención irónica.
Tras la entrada de las tropas francesas de Napoleón se enamoran de la receta de la olla podrida (a veces denominada sólo como olla), la fórica de mezcolanza de lo que en español se podría llamar batiburrillo. Hay autores que denominan a este cocido la comunión de las carnes, las hortalizas y legumbres. El escritor del Siglo de Oro Calderón de la Barca describe a la Olla podrida como la "princesa de los cocidos" en el siglo XVI, siendo el más emblemático de la época.
En el Siglo XIX la palabra adquirió (también en Francia) la acepción de composición musical formada de fragmentos o temas de obras diversas. Y fue precisamente con esa acepción musical como Francia devolvió a España la olla podrida ya afrancesada, con la palabra popurrí. Se dice la orquesta interpretó un popurrí de.... porque suena mejor que decir interpretó una olla podrida de... Tal es el uso más frecuente de popurrí, que sin embargo puede emplearse para aludir a cualquier mezcla de cosas diversas, significado que de hecho es su primera acepción en el Diccionario de la Real Academia Española.
En el Quijote, Cervantes pone en boca del escudero Sancho estas palabras: :«... aquel platonazo que está más adelante vahando me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y provecho...».
En México es consumida en algunas ciudades y se le han integrado elementos propios de ese país como el chile, y xoconostle entre otros, en donde es servido sin añadirle nuevos elementos es en la antigua ciudad de Perote.
Su ingrediente principal es la alubia (judía) roja, siendo especialmente apreciada si se elabora con la exquisita alubia roja de Ibeas (zona Ibeas de Juarros - Burgos -). Las alubias se hacían tradicionalmente en olla de barro durante varias horas (de ahí su nombre) hasta que quedaban blandas. A la olla se le añaden los siguientes ingredientes cárnicos «poderosos»: morcilla de Burgos, chorizo, el resto de productos suelen ser adobados, curados y ahumados como, costilla, panceta oreja y morro del cerdo o pezuñas. También en ocasiones se añade la bola o relleno (similar al cocido), realizado con huevo.