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jueves, 28 de octubre de 2010

D.O La Rioja, garantía de calidad

En la carta de vinos de Los Galayos tenemos más de veinte referencias con denominación de origen La Rioja, para adaptarse a todos los gustos y ocasiones y dar el mejor acompañamiento posible a una buena comida en nuestro restaurante.

La Denominación de origen controlada Rioja es una Denominación de Origen Calificada con la que se distinguen a ciertos vinos elaborados en áreas de las Comunidades Autónomas de Castilla y León, La Rioja, Navarra y del País Vasco. Por la diversidad orográfica y climática se distinguen tres subzonas de producción —Rioja Alta, Rioja Baja y Rioja Alavesa— donde se originan vinos de distintas características. La producción media anual de vino de Rioja es de 250 millones de litros (85% vino tinto y 15% vino blanco y rosado). Los vinos de Rioja son frescos, aromáticos, de composición equilibrada y excelente buqué.


Tradicionalmente el vino de Rioja se ha elaborado ensamblando diferentes tipos de variedades de uva, aunque hoy en día también es muy común encontrar vinos monovarietales.

De acuerdo con el Reglamento de la D.O.Ca. Rioja (BOE-A-2004-18384[3] ) y su última modificación (BOE-A-2009-8950[7] ), los diferentes tipos de vino deben emplear las variedades autorizadas en las siguientes proporciones:

  • Vinos tintos: En los vinos tintos elaborados con uva desgranada, deberá emplearse, como mínimo, un 95% de uva de las variedades Tempranillo, Garnacha tinta, Graciano, Mazuelo y Maturana tinta. En los vinos tintos elaborados con uva entera, este porcentaje será, como mínimo, del 85%.
  • Vinos blancos: Se emplearán exclusivamente uvas de las variedades Viura, Garnacha blanca, Malvasía, Maturana blanca, Tempranillo blanco y Turruntés. Se pueden emplear también uvas de las variedades Chardonnay, Sauvignon blanc y Verdejo siempre y cuando no sean la variedad predominante en el producto final.
  • Vinos rosados Se empleará un mínimo del 25% de uvas de variedades Tempranillo, Garnacha tinta, Graciano, Mazuelo y Maturana tinta. En el caso de que se empleen las variedades Chardonnay, Sauvignon blanc o Verdejo no deben ser la variedad predominante en el producto final.
La elaboración se realiza en barricas de roble de 225 litros durante un tiempo que oscila entre 1 y 3 años, y posteriormente en la propia botella durante un período de 6 meses a 6 años.

Dependiendo del tiempo que el vino permanece en barrica se clasifica como:

  • Crianza:
    • En los vinos tintos el periodo de crianza en barrica de roble y botella tiene que ser de un mínimo de dos años naturales a contar desde el 1 de octubre del año de la cosecha de que se trate, seguida y complementada con envejecimiento en botella. El tiempo mínimo que debe permanecer en barrica es de un año.
    • En el caso de blancos y rosados el tiempo total es el mismo que para los tintos, pero solo es obligatorio un mínimo de seis meses en barrica.
  • Reserva:
    • En los vinos tintos el periodo de crianza en barrica de roble y botella tiene que ser de un mínimo de treinta y seis meses, con un tiempo mínimo de permanecía en barrica de roble de doce meses.
    • En el caso de blancos y rosados el tiempo total entre crianza en barrica de roble y botella tiene que ser un período mínimo de veinticuatro meses, con una duración mínima de crianza en barrica de roble de seis meses.
  • Gran Reserva:
    • En los vinos tintos el tiempo tiene que tener un mínimo de tiempo en barrica de veinticuatro meses, seguido y complementado con un envejecimiento en botella de treinta y seis meses, también como mínimo.
    • En el caso de blancos y rosados: crianza en barrica de roble y botella durante un período total de cuarenta y ocho meses, como mínimo, con una duración mínima de crianza en barrica de roble de seis meses.