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jueves, 24 de junio de 2010

Nuestra historia (II)

La historia del restaurante es dilatada en el tiempo, sirva como ejemplo y de gran interés histórico, la última reunión que mantuvo la generación del 27 (en la foto) antes de la guerra civil. Fue el homenaje que se celebró en nuestro restaurante a Luis Cernuda, con motivo de la publicación de "La realidad y el deseo" el 29 de abril de 1936, ya que fue la última instantánea, antes de que la guerra civil provocara la trágica desaparición de alguno (Federico García Lorca) o la diáspora general.

Una fotografía de época, una de esas fotografías que nos invitan con emoción literaria a respirar el aire de un tiempo, recoge una escena de amistad: el mantel blanco, las botellas de vino, las copas de cristal el poeta Luis Cernuda rodeado por Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Pablo Neruda, Miguel Hernández, José Bergamín, Manuel Altolaguirre, María Teresa León y Concha Méndez, etc . Una brillantísima capilla literaria. Así lo proclamaban las palabras de presentación de Federico García Lorca. El poeta granadino se esfuerza por decirle a Cernuda no sólo lo que él quiere decirle, sino lo que el autor de La realidad y el deseo necesitan oír, palabras que se publicaron dos días después en el periódico El Sol: "Yo vengo para saludar con reverencia y entusiasmo a mi capillita de poetas, quizás la mejor capilla poética de Europa, y lanzar un vítor de fe en honor del gran poeta del misterio, delicadísimo poeta Luis Cernuda, para quien hay que hacer otra vez, desde el siglo XVII, la palabra divino".
El restaurante Los Galayos, no pasa de moda, sigue siendo una referente y un clásico de la cocina castellana y española más refinada y exquisita, ha servido y sigue sirviendo de inspiración de grandísimos escritores, alguno de ellos como Arturo Perez-Reverte, que como bien dijo en su dedicatoria "Fue aquí donde ideé El Capitán Alatriste"

En el restaurante Los Galayos, además de las terrazas y de las dos barras del local, en la que los clientes esperan su mesa o disfrutan de variados pinchos y tapas, podrá encontrar tres salones decorados de manera distinta para que todo el mundo pueda comer en el ambiente que más les seduzca. Cabe destacar la importancia que tienen los frisos de madera de la barra de la entrada principal por la calle Botoneras, data de principios de siglo XIX, barra tallada a mano y de gran valor, proveniente de otro local de la familia actual llamado el Púlpito, este local situado en la Plaza Mayor justamente antes de la bajada a Cuchilleros. Este restaurante era un lugar de parada segura del Rey Alfonso XIII, donde se tomaban tapas y platos típicos de la época acompañados de grandes vinos.